Autoexamen de Senos

 

¿Qué es el autoexamen de senos?

El autoexamen de senos es un procedimiento realizado por la mujer para examinarse física y visualmente y detectar cualquier cambio en sus senos o presencia de cáncer de seno. Por lo tanto, el autoexamen  no se debe utilizar para reemplazar, sino para complementar, el examen clínico del seno (realizado por un profesional de la salud) y la mamografía.

 

¿Cuándo se debe hacer?

Las mujeres deberían hacerse este autoexamen a partir de los 20 años y durante toda su vida; aún si están embarazadas o después de la menopausia.

La autoevaluación de seno debe hacerse cada mes. Familiarícese con el aspecto y tacto normal de sus senos para notar cualquier cambio.

Si todavía menstrúa, el mejor momento para hacer el examen es varios días, o alrededor de una semana, después de que el periodo termine. Estos son días en que es menos probable que sus senos estén doloridos o inflamados.

Si ya no está menstruando, elija un día, por ejemplo el primer día de cada mes, para recordarlo.

Si está tomando hormonas, hable con su médico para saber cuándo debe hacérselo

Cambios a tener en cuenta:

Consulte con su médico si encuentra cualquier cambio en su(s) senos(s) que le cause preocupación. Entre los cambios que pueden tener sus senos se encuentran:

 

  • Aparición de un bulto
  • Secreción que no sea leche materna
  • Inflamación del seno
  • Irritación o formación de hoyuelos en la piel
  • Anormalidades en el pezón (como dolor, enrojecimiento, descamación o hundimiento)

 

¿Cómo hacer un Autoexamen de senos?

1. Párese frente a un espejo que sea lo suficientemente grande como para ver sus senos con claridad. Revise cada seno para detectar cualquier anormalidad. Revise que no haya arrugas, hoyuelos o descamación en la piel. Busque cualquier secreción de los pezones.

 

 

 

2. Prestando mucha atención al espejo, junte las manos detrás de la cabeza y empújelas hacia delante.

 

 

 

 

 

3. A continuación, presione las manos firmemente sobre las caderas e inclínese ligeramente hacia el espejo a medida que saca los hombros y los codos hacia delante.

 

Siga los pasos 2 y 3 para determinar cualquier cambio en la forma o el contorno de sus senos. A medida que sigue estos pasos, debe sentir que los músculos del tórax se contraen.

 

 

4. Presione ligeramente cada pezón para determinar si hay secreción.

 

 

 

 

 

5. Es mejor examinar los senos cuando está acostada porque, de esta manera, el tejido mamario se extiende uniformemente sobre el pecho. Recuéstese de espaldas, con un brazo sobre la cabeza y una almohada o toalla doblada debajo del hombro. Esta posición alisa el seno y facilita el examen.

 

 

 

Utilice las yemas de los dedos de la otra mano para revisar el seno y el área circundante con firmeza, cuidado y detenimiento. Algunas mujeres prefieren usar loción o talco para ayudar a sus dedos a deslizarse más fácilmente sobre la piel. Busque cualquier bulto o masa extraña debajo de la piel. Palpe el tejido presionando los dedos en áreas pequeñas y superpuestas que sean de tamaño similar al de una moneda de diez centavos. Para asegurarse de cubrir todo el seno, tómese su tiempo y siga un patrón definido:  líneas, círculos o cuñas.

 

Algunas investigaciones sugieren que muchas mujeres se hacen el autoexamen más a fondo cuando utilizan un patrón de líneas o franjas hacia arriba y hacia abajo. Otras mujeres se sienten más cómodas con otro patrón. Lo importante es cubrir todo el seno y prestar atención especial a la zona entre el brazo y la axila, incluida la axila misma. Revise la zona sobre el seno hasta la clavícula y siga hasta el hombro.

 

Líneas: Comience por la zona de la axila y desplace los dedos hacia abajo poco a poco hasta que se encuentren debajo del seno. Luego mueva los dedos ligeramente hacia el centro y regrese lentamente hacia arriba. Siga subiendo y bajando hasta que haya cubierto toda el área.

Círculos: Comenzando con el extremo exterior del seno, mueva los dedos lentamente alrededor de todo el seno trazando un círculo. Desplácese alrededor del seno en círculos cada vez más pequeños para acercase cada vez más al pezón. No olvide revisar la axila y la parte superior del pecho también.

Cuñas: Comience por el extremo exterior del seno y mueva los dedos hacia el pezón y de regreso al extremo exterior. Revise todo su seno y cubra secciones pequeñas, con forma de cuña, por vez. Asegúrese de revisar la zona de la axila y la parte superior del pecho.

La American Cancer Society recomienda usar tres niveles distintos de presión para examinar sus senos:

presión ligera – para examinar el tejido más cercano a la piel

presión media – para palpar un poco más profundamente

presión firme – para palpar el tejido más profundo cercano a las paredes del tórax.

6. Algunas mujeres repiten el paso 5 bajo la ducha. Sus dedos resbalarán más fácilmente sobre la piel enjabonada y podrá concentrarse en la búsqueda de cambios.

¿Qué hacer si siente un bulto?

Uno de los momentos más atemorizantes para una mujer es descubrir algo distinto o fuera de lo común durante un autoexamen de senos. Una de las razones más importantes para realizar autoexámenes regularmente es saber qué es lo normal en su caso particular. Si encuentra un bulto, es importante que no entre en pánico.

Si descubre un bulto en un seno, siente algo “diferente” en el tejido o siente un bulto definido, puede haber una razón válida para preocuparse y es importante ponerse en contacto con su médico. A veces, los bultos pueden ser causados por cambios menstruales, sin embargo, si tiene secreción del pezón o cambios en la piel como aparición de hoyuelos o arrugas, su médico puede pedirle que  acuda inmediatamente al consultorio.

Es natural sentir miedo al descubrir un bulto, pero no permita que la posibilidad de un cáncer retrase la toma de medidas. Recuerde que el 80% de los bultos son benignos (no cancerosos)

No olvide realizarse una mastografía una vez por año a partir de los 35 años de edad.

fuente: unidadmedicafemenina.com