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10 razones para dejar de fumar

1. MEZCLA NOCIVA. Los cigarrillos contienen alquitrán, monóxido de carbono y sustancias químicas como dicloro difenil tricloroetano (DDT, por sus siglas en inglés), arsénico y formaldehído (un gas que se usa para preservar animales muertos). El tabaco en los cigarrillos también contiene nicotina, la droga que hace que fumar sea adictivo.

 

2. PELIGROSA NICOTINA. La nicotina es un compuesto orgánico, un alcaloide encontrado en la planta del tabaco (Nicotiana tabacum), con alta concentración en sus hojas. Debe su nombre a Jean Nicot, quien introdujo el tabaco en Francia en 1560.  Es un potente veneno e incluso se usa en múltiples insecticidas (fumigantes para invernaderos). En bajas concentraciones, la sustancia es un estimulante y es uno de los principales factores de dependencia. Es una de las drogas más adictivas que existen, por delante de la cocaína. Actualmente la mayoría de los cigarrillos en el mercado mundial contienen entre 1 y 2 miligramos (mg) o más de nicotina. Al inhalar el humo, el fumador promedio ingiere 0,8 mg de nicotina por cigarrillo. De las aproximadamente 3000 sustancias que contiene el cigarrillo, solo la nicotina crea dependencia

3. ABSORCIÓN DEL VENENO. Al inhalar, el fumador promedio ingiere 0,8 mg de nicotina por cigarrillo. El humo hace llegar la nicotina a los pulmones junto con las partículas de alquitrán asociadas, y de ahí pasa a la sangre. Entre diez a sesenta segundos después, la sustancia atraviesa la barrera hematoencefálica y penetra en el cerebro. Cuando no se inhala el humo, la nicotina se absorbe más lentamente a través de las membranas mucosas de la boca.

4. MÁS ADICTIVA QUE LA COCAÍNA. La dependencia de la nicotina es una adicción neurobiológica, ya que la nicotina estimula artificialmente la liberación de sustancias químicas en el cerebro, en concreto, la dopamina y la norepinefrina, creando así un desequilibrio químico al que tiene que adaptarse el cuerpo. La dopamina se asocia a las sensaciones de placer o de júbilo. La activación de este sistema de "recompensa" fomenta la autoadministración de nicotina. La norepinefrina refuerza el estado de alerta e incrementa la energía. Cuando desciende la actividad de la norepinefrina, aparecen síntomas de abstinencia como irritabilidad, frustación o mal humor. Entonces, el fumador encenderá de nuevo un cigarrillo para aliviar esos síntomas y continuará así el ciclo de adicción.

5. NO APTO PARA CARDÍACOS. La nicotina del cigarrillo hace que el corazón trabaje más rápido. También causa un bloqueo de las arterias del corazón, ocasionando ataques cardíacos. Asimismo, las sustancias contenidas en él bloquean las arterias y pueden ocasionar derrames cerebrales. Fumar  también causa enfermedades de los pulmones, como la bronquitis crónica y el enfisema. Puede entorpecer la digestión y aumenta el riesgo de cáncer pulmonar, de laringe, órganos digestivos y aparato urinario.

6. EL CIGARRO Y LA CALVICIE. Aunque la pérdida de pelo se relaciona como uno de los efectos secundarios más comunes de algunas enfermedades y tratamientos, existe un desconocimiento generalizado de que hábitos como el tabaquismo también pueden provocar problemas de salud capilar. La correlación entre el tabaco y la caída del cabello está demostrada. El consumo de esta sustancia se puede traducir en la pérdida de vitalidad del pelo, una mayor sequedad de la cutícula y, en general, una mayor fragilidad de la fibra capilar. Las sustancias procedentes del humo provocan daños en la microcirculación de los folículos pilosos del cuero cabelludo, impidiendo que lleguen los nutrientes necesarios y alterando la correcta formación del nuevo cabello. Por otro lado, las sustancias nocivas del tabaco alteran los mecanismos implicados en la producción de estrógenos, favoreciendo la pérdida de cabello, y propicia el envejecimiento prematuro de la piel, incluida la del cuero cabelludo. Este hábito restringe la capacidad de transportar oxígeno a través de la sangre y, como consecuencia, la cantidad del mismo que llega a los tejidos periféricos.

7. MAMÁS FUMADORAS. El consumo de tabaco durante el embarazo provoca bajo peso en recién nacidos. El feto crece poco, y está predispuesto desde ese momento a padecer enfermedades. Comparando con bebés de madres no fumadoras, los bebés son más propensos a sufrir síndrome de muerte súbita. También aumenta la predisposición genética para el futuro tabaquismo del niño.

8. LECHE ENVENENADA. El consumo de tabaco después del nacimiento, durante la lactancia y la niñez produce efectos a través de la leche materna (tiene acción sobre el corazón y el sistema nervioso). Disminuye la producción de leche, produce inquietud, insomnio, vómito, diarreas, succión débil, apneas, y debilidad del lactante.

9. ASESINO EN SERIE. El tabaco provoca 4 millones de muertes anuales en el mundo, lo que equivale a unas 11.000 muertes diarias, debido a las enfermedades relacionadas con su consumo. Pero las cifras pueden ser todavía más alarmantes porque, al ritmo de progresión actual, a finales de la década del 2020, el número se habrá incrementado hasta los 10 millones de muertes anuales. La Organización Mundial de la Salud ha realizado recientemente un estudio sobre la prevalencia del tabaquismo en 15 estados miembros de la Unión Europea, del que se desprende que la prevalencia del consumo de tabaco alcanza al 30% de esta población. Divididos por sexos, se comprobó que un 36% de los hombres y un 26% de las mujeres fumaban.

10. GRACIAS POR NO FUMAR. El Día Mundial Sin Tabaco tiene el propósito de fomentar un período de 24 horas de abstinencia de todas las formas de consumo de tabaco alrededor del mundo. Se celebra en todo el mundo el 31 de mayo de cada año. Este día se instituyó con la intención de llamar la atención mundial ante la amplia presencia de consumo de tabaco y los efectos negativos para la salud (que supone 5,4 millones de muertes en todo el mundo anualmente). Los Estados Miembros de la Organización Mundial de la Salud (OMS) crearon el Día Mundial Sin Tabaco en 1987. En los últimos veinte años el día ha sido recibido tanto con entusiasmo como con resistencia en todo el mundo, por parte de gobiernos, organizaciones de salud pública, fumadores, productores y la industria del tabaco.